Opinión Francisco Cereceda, USM: Cierre de Fundición Ventanas, hay que proteger a las personas

Columna escrita por Francisco Cereceda, doctor en Ciencias Químicas y director del Centro de Tecnologías Ambientales (CETAM) de la Universidad Técnica Federico Santa María, organización socia del Club de Innovación.

Tras los nuevos episodios de contaminación e intoxicación de personas que estamos viviendo en el sector de Quintero, Ventanas y Puchuncaví, el directorio de Codelco anunció que están avanzando en el cierre de su fundición ubicada en Ventanas, en nuestra región de Valparaíso.

CONTEXTO Y ESTUDIOS REALIZADOS

Junto al equipo del CETAM llevamos trabajando en la zona desde hace más de 15 años, realizando campañas de monitoreo invernal, efectuando estudios de presencia de iones, metales, pH y conductividad en la lluvia. También caracterizamos la deposición total, que corresponde a la suma de la deposición húmeda (DH: hidrometeoros como la lluvia, rocío, niebla o nieve) y la seca (DS: material particulado sedimentable-MPS) y su calidad química, determinando y especiando metales pesados, iones, en ambas matrices (DH/DS). También, en los últimos 5 años, hemos estudiado los efectos sobre la biósfera usando biomonitores vegetales, en particular, hojas de los cipreses y su crecimiento anual.

Este trabajo lo hemos realizado apoyando a las municipalidades de Quintero, Ventanas y Puchuncaví, colaborando con los ministerios de Medio Ambiente y Salud, así como con las empresas privadas de la zona, vinculando el mundo académico con el sector público/privado. También hemos realizado charlas de manera abierta y gratuita a los vecinos del sector para dar a conocer qué sucede en la zona y en qué consiste el trabajo de investigación que nosotros realizamos. Por ejemplo en 2018, cuando hubo la emergencia química estuvimos ahí presentes realizando investigación al igual que lo estamos haciendo ahora.

En 2017 realizamos una investigación denominada: “Estudio de Identificación de Olores en la zona de Puchuncaví, Quintero y Ventanas”, encomendado por la Superintendencia y el Ministerio del Medio Ambiente, en donde instalamos nuestros equipos de monitoreo continuo de calidad del aire en siete empresas de la zona de Quintero y en dos escuelas locales, con el objetivo de identificar a los posibles responsables de los episodios de contaminación. En definitiva, entregamos una propuesta sobre dónde instalar las estaciones de monitoreo, los equipos más idóneos y cuáles serían eventualmente los contaminantes más probables asociados a estos episodios. A pesar de contar con todo este trabajo y la información obtenida, lamentablemente, esto no se tomó en consideración.

PROTECCIÓN DE LA SALUD DE LA POBLACIÓN

Desde mi perspectiva como investigador, creo que lo importante en este caso es proteger la salud de las personas. Hay que sacar a la gente y ponerla en un nuevo lugar, una ciudad modelo con todos los servicios y prestaciones para que las personas se puedan desarrollar adecuadamente. Un lugar con niveles de contaminación normales y sin los riesgos intrínsecos asociados a vivir inmersos dentro de un cordón industrial.

Esto se ha hecho en otros países y también en Chile. Tal es el caso de Chuquicamata, en donde se trasladó a la población -junto a sus más de 10 mil habitantes- 15 km al sur a la ciudad de Calama, producto del riesgo que suponía para la salud de la población las altas concentraciones de material particulado y la presencia de metales pesados, derivados de la actividad minera. ¿Entonces por qué en este caso no se podría hacer lo mismo?

Esto no se sustenta en un asunto netamente economicista, no está en entredicho quién llegó primero, el asentamiento humano, el desarrollo de la ciudad o la industria. Cuando se instalaron las primeras industrias a finales de la década de los 50 para la zona de Quintero, Ventanas y Puchuncaví, la chimenea de la fundición era un símbolo de progreso, desarrollo y riqueza. Sin embargo, este mismo hito se ha transformado en símbolo de explotación, contaminación, daño ambiental y problemas para la salud. Finalmente, es un símbolo que hoy nadie quiere.

BAHÍA DE QUINTERO

La decisión de instalar la industria y la planta de fundición de Ventanas, fue tomada porque las condiciones de tipo natural son excepcionales, dada sus características de bahía tranquila, profunda, de gran calado y abrigo para que puedan ingresar grandes buques. Esta zona brinda condiciones operacionales únicas en el sector, ya que, cuenta con cercanía a las grandes ciudades (Valparaíso, Viña del Mar y Santiago).

Si lo miramos desde otra perspectiva, sería mucho más costoso cambiar a la industria y encontrar un lugar igualmente adecuado como la bahía de Quintero, que cambiar a la población. Además, un traslado de las personas a otro lugar podría hacerse en mejores condiciones para la población, como dije anteriormente.

CONTAMINACIÓN Y OTROS PELIGROS

Podríamos hablar de un supuesto e instalar en la industria allí presente la tecnología más eficiente, aplicar toda la capacidad técnica y de recursos económicos para mitigar la contaminación (que hay que aclarar que nunca será cero). De todas maneras, vivir al lado de cientos de miles de litros de combustible, metano y un sinfín de productos químicos peligrosos es a todas luces de alto riesgo. Vivir al lado de este sector industrial, con los riesgos de explosión, derrame, emisiones fugitivas involuntarias, etc. es, desde mi punto de vista, incompatible per se con una ciudad y la seguridad de sus habitantes.

Este es un fenómeno que ha sucedido innumerables veces, porque las ciudades van creciendo y se van acercando a los polos industriales, que en un principio están fuera de la ciudad, pero finalmente la ciudad termina al lado del sector industrial y este queda inmerso dentro del área urbana, lo cual es una situación inaceptable. Por lo tanto, el sector industrial tiene que moverse. Cuando eso es factible se hace, se mueve la industria, pero en este caso están las características naturales de la bahía que no se encuentran con facilidad ni cercanía en otro lugar. Es entonces de toda lógica, que se invierta el paradigma y acá lo que es lógico y práctico, es que se cambie a la ciudad.

Por lo tanto, no es aceptable, ni conveniente que vivan personas cerca de esas instalaciones industriales, ya que es en sí mismo riesgoso. Dicho sector debería estar rodeado por un perímetro de seguridad, establecido por un plan regulador, que pueda servir de protección ante eventuales peligros de este tipo. Lo cual a mi entender, avala el traslado de las personas hacia otro lugar.

CONDICIONES METEOROLÓGICAS ADVERSAS

Sin duda que el principal problema en este sector industrial es la meteorología de la bahía de Quintero y Ventanas, todo ese sector tiene una condición meteorológica y sinóptica muy adversa. Una condición típicamente costera, con un movimiento de masas diurno/nocturno que es habitual en toda la costa de nuestro país, de cordillera a mar, con una influencia importante de la vaguada costera. La bahía es particularmente cerrada, lo que genera dificultades en cuanto a la circulación y recirculación de masas de aire, lo que hace que la capa de inversión térmica -algo así como el techo que pone la cota hasta donde se dispersan los contaminantes atmosféricos- sea muy baja. En el año 2018 cuando se produjo uno de los episodios de contaminación la capa de inversión térmica fue de apenas 20 metros y en el segundo episodio fue de 50 metros, cuando normalmente en la bahía de Quintero es del orden de los 200 metros en esta época del año.

Entonces, con una capa de inversión tan baja, generada de manera natural por una condición sinóptica particularmente adversa, se produce que cualquier emisión normal podría alcanzar niveles de concentración que podrían ser tóxicos. Incluso sin ningún accidente, fuga o cualquier otra anormalidad en la operación del sector industrial, la baja altura de la capa de inversión térmica no permite que los contaminantes se dispersen y se diluyan hacia otras áreas más altas en la atmósfera. Hay que recordar que concentración es «masa dividido por volumen», por lo tanto, al disminuir el volumen, aumenta la concentración, aunque la masa de contaminantes permanezca constante.

En definitiva, el factor meteorológico y sinóptico de la bahía es uno de sus principales problemas. Y hay que recordar que incluso recurriendo a toda la tecnología existente en este momento para mitigar y disminuir las emisiones de contaminantes, al tener una capa de inversión térmica tan baja, la concentración de los contaminantes podría volverse alta nuevamente. Y esto último, no hay cómo mejorarlo.

NUEVO MODELO DE PRONÓSTICO

Entendiendo que no quieran realizar el traslado de la población por los costos políticos que esto podría tener, lo que uno puede hacer es generar un modelo de pronóstico específico para esa zona. Un modelo de dispersión y un modelo que permita hacer pronósticos de la contaminación y de la calidad del aire, el cual incluya datos en línea de contaminación del aire, meteorología, altura de capa de mezcla, inventarios de emisión de la industria, etc., lo cual permitiría gestionar la calidad del aire. ¿Qué significa esto? Básicamente minimizar o detener las operaciones en el sector industrial cuando las condiciones sean adversas, o sea, prever con 24 o 48 horas de anticipación, cuando se vayan a producir episodios de este tipo.

Y por el contrario, aprovechar las condiciones de buena ventilación y de buena dispersión de los contaminantes para poder producir más y compensar cuando se produzcan paros de producción. Eso se podría hacer con una buena información, confiable, oportuna, en tiempo real de los distintos contaminantes presentes en la zona. Una buena toma de decisión, se basa en buena información.

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