Innovación y Corporate Venturing: Nuevos desafíos para el sector corporativo chileno

La innovación empresarial en la era de la cuarta revolución industrial está determinada por la
ubicuidad digital, que acelera la convergencia entre el mundo físico y virtual. La ciencia de datos,
unida al Internet de las Cosas genera la posibilidad de transformar los negocios a una velocidad
nunca antes vista. El tema fundamental es cómo las grandes empresas pueden incorporarse a
esta revolución tecnológica. 

Tanto Forbes y Harvard Business Review coinciden en recientes ediciones, que el desafío para las
empresas no es la tecnología, es la cultura. La Transformación Digital, no es sinónimo de
Digitalización de Procesos, se trata de cambios profundos en la propuesta de valor a los clientes,
innovación en los modelos de negocios habilitados por la tecnología. 

En el caso de Chile, el Club de Innovación, institución que desde el 2004 promueve la innovación
corporativa, identificó diversos obstáculos para la innovación y la transformación digital en el
sector corporativo. Dentro de dichos factores, destaca la existencia de; una cultura
organizacional demasiado orientada a la eficiencia operacional y a los resultados de corto plazo;
una organización demasiado jerárquica; toma de decisiones excesivamente centralizada; y una
subordinación poco crítica, orientada al cumplimiento de normas.

También así, se aprecian organizaciones como un conjunto de silos con cultura territorial,
con un marcado individualismo y competencia excesiva; carencia de incentivos y recursos
asignados para innovación y baja tolerancia al fracaso, y falta de visión transformadora del
liderazgo. Aún cuando existe convicción de la alta gerencia, de la urgencia de innovar,
permanecen barreras de capital social, que limitan la colaboración, factor clave para
innovar. 
Los obstáculos culturales a la innovación corporativa en Chile y el mundo, coexisten con la
emergencia de startups digitales que crecen exponencialmente, es así como se han generado, en
pocos años casi 400 Unicornios, startups que en menos de 5 años se valorizan en más de mil
millones de dólares, fenómeno nuevo que está directamente asociado a la ubicuidad digital y la
explosión de servicios basado en plataformas digitales. 
El valor total de estos unicornios es superior a 1,1 trillones de dólares. En muchos casos estas
plataformas digitales desafían a los incumbentes, ya que gracias a las externalidades de redes
generan posiciones dominantes y barreras de entrada, que amenaza con excluir de los negocios
del futuro a los líderes actuales y del pasado.  

Surge la pregunta de si el mundo corporativo puede aprender de los startups
digitales.  
Quizá el aporte más significativo provenga de un desarrollo de los últimos diez años, que empieza
a tomar fuerza en los últimos cinco, se trata de la metodología Lean Startup. 
El enfoque tradicional para los startups digitales desde que aparece la Internet, es construir un
elaborado plan de negocios, invertir en el desarrollo tecnológico y en marketing, cantidades
importantes de recursos, financiados levantando capital de fondos de capital de riesgo. 
Este enfoque lleva a hundir importantes recursos antes de tener validada la propuesta de valor.
También condujo a la creación de los primeros Unicornios, pero con una elevadísima tasa de
fracasos, haciendo el negocio de startups tecnológicos altamente riesgoso. El enfoque de Lean
Startup, en cambio, en palabras de Steve Blank, favorece la experimentación por sobre la
elaborada planificación, diseño iterativo por sobre el “gran diseño desde la partida”,
«retroalimentación  de los clientes sobre la intuición», y agregaría dejar que los datos hablen por
ejemplo aplicando testeo A/B, desafiando la preconcepciones.
Este enfoque para generar negocios escalables a través de la experimentación y aprendizaje
rápido permiten validar o rechazar las hipótesis innovadoras, con un Mínimo Producto Viable
(MPV) que rápidamente se testea con un grupo seleccionado de clientes potenciales, iniciando un
proceso de aprendizaje e iteraciones, que debe llevar a descartar rápidamente y a bajo costo las
ideas que no se validan. Evitando establecer compromisos de recursos significativos a proyectos
cuyos fundamentos de creación de valor no están validados. La revolución digital reduce
dramáticamente el costo de experimentación, con lo cual esta metodología se hace factible a
escala masiva. 
Un reciente estudio del NBER*, por primera vez permite testear con datos empíricos la validez de
las implicancias de esta metodología. Se trata de un panel de 35 mil startups globales que se
evalúan en un periodo de ocho años. El número de startups que sigue este enfoque al comienzo
del periodo es bajo, solo 7,6%, pero más que se duplica en ocho años. Se prueba la hipótesis que
los startups que siguen la metodología fracasan y escalan más rápido, evitando comprometer
significativos recursos en iniciativas sin destino y escalan y se enfocan en crecer rápido cuando 
luego de algunas iteraciones se ha validado la propuesta de valor. El estudio concluye que una
estrategia basada en experimentación repetida genera mejor desempeño. La pregunta relevante
para el ámbito corporativo es qué tipo de organización está mejor preparada para implementar
este enfoque y enfrentar los desafíos de transformación digital. ¿Cómo estos enfoques se
pueden incorporar en la innovación corporativa?
En este contexto surge el Corporate Venturing (CV), entendido como un proceso sistemático de
vinculación entre grandes empresas y startups con el fin de acelerar la innovación en las primeras
y acceder a recursos, mercados y reconocimiento por las segundas. La vinculación puede tener
diferentes niveles de compromiso de recursos por parte de las grandes empresas. Desde el ofrecer
herramientas tecnológicas para que el startup desarrolle aplicaciones hasta la inversión de capital
en el startup y la contratación de servicios.
En Chile el Corporate Venturing adquiere relevancia en los últimos tres años. Un estudio de

Wayra-Prodem señala que en Chile 28 corporaciones estaban el 2018 realizando actividades de
CV, posicionándonos en el segundo lugar de América Latina, solo después de Brasil. Aún cuando
inicialmente muchas de estas iniciativas en el nivel corporativo tenían como objetivo
posicionamiento de imagen e impacto en cultura, se observa una incipiente sofisticación del
mecanismo, avanzando a la generación de innovación abierta que permiten resolver desafíos del
negocio así como expandir y sofisticar los negocios actuales.
Cual debe ser la vinculación entre la corporación y el startup es un tema
crucial a resolver. 
La adquisición como un M&A tradicional no es conveniente, ya que se inhibe el ímpetu de
crecimiento de la startup; una inversión minoritaria con contratación de servicios innovadores es
una alternativa más adecuada, pero como se estimula el poder influir en las prácticas de la
corporación, si se trata de dos entidades diferentes con intereses distintos. ¿Cómo se innova en la
forma contractual, avanzando a contratos relacionales, más flexibles imbuidos de la metodología
Lean Startup? Todos temas que aún no tienen conclusiones definitivas. Como se puede estructurar
esta metodología de vinculación es un proceso sistemático. 
Una tendencia que aún no llega a Chile, es el establecimiento de «company builders» con apoyo de
grandes corporaciones, en que estas ofrecen plataformas que permiten a los startups innovar en
aplicaciones diversas. Los «company builders aplican la metodología Lean startup para
experimentar hasta validar el modelo de negocio con los clientes potenciales y entonces invertir
capital de riesgo para crecer rápidamente. 
La innovación abierta en el sector corporativo a través del Corporate Venturing, es un tema de la
mayor relevancia para abordar los desafíos de la transformación digital en el sector empresarial.
Es por ello que desde el Club de Innovación y durante nuestro CEO Meeting 2019 nos
enfocaremos en estas nuevas metodologías que deben ser adoptadas por el sector corporativo
para aumentar la posibilidad de aprovechar la revolución digital para obtener un mejor
posicionamiento estratégico en un periodo de cambios tecnológicos y de modelos de negocios
que pueden ser muy disruptivos en la dinámica de la competencias en los mercados.

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