Opinión Adriana Guerrero, Lo que nos dejó el 2020: «Del caos a la oportunidad»

Adriana Guerrero, Jefa Innovación Abierta & Proyectos, Club de Innovación 

En este 2020 hemos sido testigos de cómo el emprendimiento y la colaboración cobraron un real y concreto sentido; un año donde el “ser emprendedor” logra alcanzar protagonismo. Resultado visible de aquello son los programas de televisión o nuevas secciones que se enfocaron en dar a conocer “nuevas ideas” y cómo estas mismas podían apoyar desde pymes a grandes empresas, a personas particulares o bien a una causa colectiva. Lo que queda de manifiesto es que en Chile hay talento de sobra. 

Pero, ¿qué sucedía que en el pasado no logramos ver todo ese talento oculto? Quizá se debía a una escasez en las redes de apoyo, tanto públicas y privadas, a la existencia de un bajo capital social o porque, desde lo sucedido en octubre 19 y luego con la pandemia, han surgido oportunidades para capitalizar y dar a conocer todo ese talento que hoy ha tomado más fuerza. Pues, son estos y otros los factores que pueden ser o no los motivos que han generado con mayor energía la activación del ecosistema emprendedor local. 

En esto último y sin ir tan lejos, de acuerdo a datos entregados por el Banco Central en su informe acerca de la Evolución de la actividad económica del tercer trimestre de 2020, los sectores de la construcción, servicios hoteleros y restaurantes, transporte y algunos servicios empresariales son los que más se han visto afectados por el paso de la pandemia. 

En este punto es donde recibe un significativo peso el ser emprendedor, ya que los emprendedores en sus diferentes perfiles y madurez de soluciones/desarrollos han cumplido un rol no menor en la articulación e integración de estos nuevos espacios en la generación y desarrollo de nuevos modelos de negocios. 

La industria está modificando sus procesos de producción, lo que se traduce en cómo se puede rendir de manera más eficiente si asumimos el riesgo y sin miedos o prejuicios, a trabajar colaborativamente entre grandes empresas, proveedores, pymes y ciudadanos, lo que sin duda responderá no sólo al apoyo para apoyar la reactivación socio-económica, sino que también, a la sostenibilidad de los propios emprendimientos. 

Un proceso de colaboración que los desafíe a un alto desempeño, con emprendimientos que estén volcados a ofrecer soluciones a las crisis y las transformen en oportunidades, en ese escenario ser más estratégicos como visión país y apostar las fichas por el fortalecimiento del ecosistema de innovación y emprendimiento. 

En este marco y según el Monitor Global de Emprendimiento o el World Economic Forum, coinciden que el Gobierno juega un rol muy importante en la implantación de incentivos y regulaciones que fomenten la creación y desarrollo de empresas, si además aterrizamos al rol clave que juegan las agencias, hubs, universidades, incubadoras y aceleradoras entre otros actores, que conectan las necesidades y desafíos de la industria y sociedad con las soluciones que circulan en el ecosistema de emprendimiento. 

Durante este 2020 nos hemos de-construido en muchos aspectos, este año ha traído crisis pero al mismo tiempo enormes oportunidades para trabajar en conjunto, creer en el valor de las capacidades locales y continuar ocupándonos de los desafíos futuros y el cómo medimos nuestros impactos. Pero, sin duda alguna, se subraya la importancia de la innovación, de la ciencia, la tecnología y el emprendimiento como eje de apoyo a los cambios que las grandes empresas han iniciado este año.  

Desde el Club de Innovación los invitamos a seguir colaborando, cocreando e innovando este 2021. 

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